Lo que hacemos es diseñar las nanopartículas para que se unan a las células rojas de la sangre. En algunas de ellas hay el parásito, en otras no. Las nanopartículas se unen a todas, pero el fármaco solo afecta a aquellas que tienen parásito, pues en las no parasitadas, el fármaco no tiene ningún efecto. De este modo conseguimos atacar a solo las células infectadas, a la vez que mantenemos el fármaco en circulación más tiempo ya que está pegado a las células y por lo tanto no es eliminado de la sangre mediante los procesos de filtración del hígado y los riñones.
Comentarios